En Panamá, un grupo de pescadores de una comunidad costera del Pacífico están regalando el pescado que recolectan a sus vecinos para ayudarles económicamente y contribuir con la cuarentena nacional indefinida para frenar la expansión del COVID-19.
"La idea surge debido a la falta de trabajo de los vecinos, y como los pescadores tienen el permiso para poder laborar decidieron donar su tiempo para salir a pescar para la comunidad", dijo este lunes a Efe el alcalde del distrito costero de Pedasí, Miguel Batista.
Bajo el lema 'Pescao' pal pueblo', 40 pescadores de la zona recolectaron unas 1.700 libras de peces para beneficiar a 900 vecinos del distrito en los dos últimos sábados, que coinciden con los fines de semana en que está prohibida la movilidad de la población.
El municipio les dotó de "las herramientas necesarias, como el combustible y el hielo" y "se les dio una autorización" para poder salir a pescar y así "garantizar la sostenibilidad alimentaria del pueblo", que hasta ahora no ha registrado ningún caso de coronavirus, destacó el alcalde.
Hasta ayer, 21 de abril, Panamá tiene 136 defunciones por el COVID-19 y 4.658 contagios desde que el 9 de marzo se confirmó el primer caso en el país.
Ataviados con mascarillas y guantes, los marines, que se han ofrecido voluntarios a través de la campaña municipal, salen a pescar cumpliendo con las normas básicas sanitarias impuestas por el Ministerio de Salud (Minsa).
La municipalidad recoge a los voluntarios en sus domicilios y les lleva hasta la playa donde están sus embarcaciones. Allí miembros del Servicio Nacional Aeronaval (Senan) esperan para escoltarles durante las horas de pesca.
"Estos dos sábados salieron a las seis de la mañana y regresaron a las tres de la tarde, para empezar la repartición a las cuatro", señaló Batista.
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UN PROYECTO "PARA TODOS: SIN RELIGIONES NI POLITICA"
"Este proyecto llega a todos. 'Pescao' pal' pueblo no entiende de religiones, estatus sociales ni política", añadió Batista.
Tras la jornada matinal de pesca comienza la repartición. Primero en las comunidades más apartadas, y luego en el resto de provincia.
Las unidades de pescado se distribuyen en cada domicilio dependiendo del número de habitantes, y el tipo de pescado que recojan.
"Todo depende del número de familia y del pescado. Esta última vez se pescó mucho pargo, entonces pudimos dar una unidad por persona", destacó el alcalde, quien detalló que "hay familias con recursos que rechazan la ofrenda para que otros con necesidad tengan más cantidad".